Un alumno mío me mandó un mail preguntando por la técnica de vibrato de arco. Hoy en día pocos saben que este recurso era considerado casi un estándar hace poco más de cien años en Francia. Al menos, aparece enumerado entre las 3 formas "clásicas" de vibrato en el manual del Conservatorio de París, allá por 1881 (las otras dos equivaldrían a lo que hoy día llamaríamos "vibrato de dedo" y el vibrato regular de muñeca). El interés de los compositores del siglo XX por técnicas heterodoxas (muchas de las cuales, a la larga, resultaron ser apenas antiguas técnicas resucitadas) permitió el redescubrimiento de ésta técnica.
Básicamente, el vibrato de arco consititiría en una alternación ondulante de la presión del arco sobre la cuerda, siempre dentro del límite de tolerancia del buen sonido. La idea es imitar el vibrato de presión de aire de los buenos cantantes. La aceptación generalizada del uso continuo del vibrato de muñeca (portug.: polso) y/o antebrazo confinó el uso de esta técnica a un ámbito muy preciso - el de las notas al aire (port.: notas livres) que no pueden evitarse.
Un ejemplo en el que yo mismo uso este recurso es el comienzo del concierto n. 1 en sol menor de Max Bruch. Sumado al "vibrato por simpatía" (obtenido al vibrar el SOL de la tercera cuerda, a la octava perfecta), es un recurso muy util para: 1. Darle al SOL al aire un valor dramático adicional, y 2. Para evitar la anti-musical práctica de tantos violinistas, que tocan un SOL perfectamente inmovil y vacío, y acto seguido un SI bemol y u RE con pleno vibrato. La idea del uso del vibrato de arco, junto con el de simpatía (y una sensata graduación del vibrato en el SI bemos y el RE) es crear una transición
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El post de Fafa (para los no-iniciados, mi primo el de las computadoras) me dejó pensando. Mi padre Adolfo (su tío, o sea) es un espléndido analista musical que se oculta detrás de una ensayada socarronería y presunta ineptitud, pero la realidad es que pocas veces vi alguien captar tan plenamente las muchas sutilezas de lo que pasa en un concierto como a mi viejo. Otras personas me han impresionado de manera similar. Y esto me lleva a pensar... ¿será posible ejercer la crítica musical con *otro* vocabulario? Es decir, un vocabulario que comunique las *verdades* de la experiencia musical sin necesariamente acatar la terminología especialista y sin caer el mero panegírico, invectiva, divague o la pura imbecilidad. En fin, una reflexión de lunes a la tarde en las Great Plains. |
Alejandro DragoAbout music, about life... Archives
March 2017
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